El acné es una enfermedad de la piel que puede tener múltiples causas y maneras de presentarse, desde la aparición de síntomas leves y temporales, hasta síntomas graves que pueden perdurar sino son tratados por un profesional. Estar pasando por una situación de nerviosismo afecta a todos los rincones de nuestro día a día, lo que deriva, además, en el deterioro de la piel.

Tipos de acné

Como se ha comentado anteriormente, existen diversos tipos de acné. Principalmente se suelen dar los siguientes:

  • Acné leve o comedogénico: puntos negros, espinillas y pápulas.  Se suele presentar en la frente, la nariz y las mejillas y no deja marcas sobre la piel.
  • Acné moderado o papulo-pustuloso: granos rojos inflamados y granos con pus. Aparece en la cara mayormente y puede dejar cicatrices.
  • Acné severo o conglobata: pápulas muy inflamadas que pueden llegar a unirse y formar dolorosos nódulos o quistes. Abarcan la cara, el cuello, la espalda, las axilas, los glúteos y el abdomen.

Estrés y acné

El estrés es la respuesta fisiológica que tiene el cuerpo de reaccionar ante una amenaza. Para protegerse del peligro, se liberan sustancias químicas que ponen al cerebro en alerta, aumentando la tensión muscular, acelerando el pulso y la respiración. Estas sustancias interfieren activando las glándulas sebáceas, aumentando la producción de sebo y ocasionando finalmente la obstrucción de los poros.

Uno de los principales mecanismos, casi automáticos o incluso inconsciente en algunas personas, es manipularse las zonas que presentan comedones para aliviar la tensión corporal por unos instantes. Sin embargo, esto no hace más que empeorar la situación. Las bacterias se propagan y la zona se inflama aún más haciendo la herida más visible. Además, el problema no desaparece con la ausencia de las erupciones, tras ellas vendrán las cicatrices y las marcas de pigmentación.

Tener una piel descuidada e irritada no ayuda a paliar el estrés. El autoestima se verá afectado y en casos de acné severo puede llevar al aislamiento social, principalmente en personas jóvenes, como los adolescentes.

Tratamientos: la isotretinoína

Dependiendo de qué clase de acné se experimente se utilizarán unos métodos u otros para controlar y prevenir la propagación. La higiene facial diaria y la hidratación debería ser una rutina común para todo tipo de pieles, principalmente en aquellas con tendencia acneica. Mantener una alimentación saludable, eliminando los alimentos procesados así como el alcohol y el tabaco, ayudará a controlar un exceso de producción de sebo.

No obstante, cuando estamos padeciendo un acné severo, tendremos que acudir a una consulta dermatológica para complementar los cuidados faciales con tratamientos médicos. El acné es una enfermedad, y debe ser tratada como tal. Uno de los fármacos por excelencia de este tipo de acné es la isotretinoína.

La isotretinoína es un principio activo que se encuentra en los medicamentos recetados en casos de acné grave y cuya función es disminuir la producción de sebo, reducir la inflamación y eliminar la bacteria responsable del acné (Propionibacterium acnes).

Este fármaco tiene una alta efectividad pero debe ser siempre suministrado por un profesional ya que cuenta con numerosos efectos secundarios que deben ser considerados antes de comenzar con el tratamiento. Uno de los más peligrosos a tener en cuenta es que puede provocar malformaciones en el feto si la mujer está tomándolo durante el embarazo. Por ello, es esencial que las mujeres en edad fértil se realicen test de embarazo antes de comenzar el tratamiento y durante el mismo, además de tomar precauciones anticonceptivas en los encuentros sexuales con hombres. El riesgo de causar malformaciones desaparece alrededor de dos meses después de la finalización del tratamiento con isotretinoína.

Otros efectos secundarios que presentan normalmente los pacientes son la sequedad de la piel y la alta sensibilidad a los rayos ultravioletas. Para evitar que la piel presente eccemas o los labios se vean escamados, es importante cuidar la hidratación, así como para disminuir las molestias de la sequedad ocular es recomendable no utilizar lentes de contacto durante el tratamiento. En cuanto al sol, la persona que está tomando la isotretinoína debe procurar no recibir luz solar directa en un tiempo prolongado y aplicarse protección solar no comedogénica.

En definitiva, es un medicamento muy eficaz contra el acné pero debe ser siempre prescrito por un dermatólogo/a que ponga en su conocimiento los posibles efectos adversos y haga el seguimiento del tratamiento.

Si padeces acné severo o te preocupa la aparición de acné, puedes solicitar una consulta online con nuestro equipo de dermatología dándote de alta o iniciando sesión si ya tienes cuenta en nuestra plataforma de teleconsulta.